8 sept 2006

Vietnam - La Pendola


Buscando fotos de mi barrio, La Pendola, por si a estas alturas alguien desconoce dónde habitan mis sueños, lo que es muy probable, salvo por honrosas, para mí, excepciones, en este Internet nuestro de casi todos los días, rastreando material con el que ilustrar mis letras pobres me encuentro con algo ciertamente curioso.

Ya lo había visto alguna vez, el buscador de imágenes de Google suele ofrecer casi siempre los mismos resultados, y seguía estando allí. Era el retrato que se observa arriba: un tal Tony Pendola... Nunca le hice demasiado caso, hasta que cierto día la curiosidad fue más fuerte que la rutina de pasar por alto a esa persona cuyo apellido es o era el mismo nombre de mi barrio.

La historia de Tony Pendola es una más de esas que se escribe con renglones torcidos. Pendola fue reclutado o se alistó para participar en la archiconocida guerra de Vietnam, donde murió. Tras aquella desgracia anónima para el resto del mundo, su familia decidió que quería dignificar la memoria de aquel hombre que se parece un poco al espíritu con el que nació este blog, bitácora o como se le quiera llamar.

En sus escritos se trasluce un alma preocupada por algo más que el simple hecho de defender a una supuesta patria que, en honor a la verdad, le correspondió con reconocimientos y honores militares. Sólo hay que echar un vistazo a las insignias logradas por Pendola para darse cuenta, si bien es verdad es que siempre es preferible ahorrarse guerras, auténticas fábricas de insignias a título póstumo.

Tony Pendola no era un Rambo cualquiera. Tony Pendola era como tú y como yo. Tony Pendola comparte su alma con la de mi barrio. Decía Pendola: "Cuando alguien comparte un cuento, un porcentaje de dolor vuelve para dañar mi pecho de memorias prestadas, y las lágrimas caen". Es como nosotros, que queremos compartir cuentos y recuerdos con todos, entre todos. Nos contamos cuentos unos a otros, y un trocito de dolor asoma por nuestro pecho si al escucharlos o leerlos si nos recuerda tal pasaje de nuestra siempre feliz infancia.

Tony Pendola, un poeta irredento de las letras intuidas pero no instruidas, quizá quiso gritar contra aquella guerra que le apartaba de su familia, de su gente y, finalmente, de su vida. Un grito de rebeldía, de océanos de rebeldía que todos compartimos, desesperanzados: "Cada vez que yo tratara de hablar... pero nadie quisiera escuchar. Empecé a pensar ¿Nadie se preocupa? Vino entonces la fuerza del alma, los pasos de un ángel...", pero a Pendola se le cortó la comunicación con la trascendencia de saber que nadie o muy pocos se preocupan por algo: "El señor ministro dijo 'Usted' ".

Y fue él, uno de tantos, pero muy especial. Le tocó guerrear, morir y dejar dolorida a su familia y a nosotros, habitantes de La Pendola. Ésta no es una historia del barrio propiamente dicha. Pero es mi historia, comparte alma con mi barrio, que es donde habitan mis sueños. Es mi historia. Es mi barrio. La Pendola. Espacio onírico, espacio real, espacio intermedio. La Pendola.

Gilgamesh P.E.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Let 's Talk Some Time . Tony was my uncle. hangers at antonio dot com