23 mar 2006

Absurdum Productions presenta...

Hattpireus

La historia más idiota y entrañable del mundo (más entrañable que Bambi)

(I)

Hattpireus no es una persona cualquiera. Su extraño nombre lo delata allá por donde va y se le pregunta cómo se llama. Aparte de todo esto, Hattpireus es un poco gilipollas, no nos vamos a engañar. Ya, ya sé que no es de recibo utilizar la palabra "gilipollas" así con tanta facilidad y naturalidad, pero no es que parezca un gilipollas y actúe como un gilipollas, que no les engañe su nombre: Hattpireus es gilipollas. Hay tantísimas connotaciones que tiene la palabra "gilipollas" que es complicado imaginarse a un gilipollas en persona. No le den más vuelta al asunto: para modelo de gilipollas, el gilipollas de Hattpireus.

No, no busquen significado a su nombre, no lo tiene. Hattpireus nació marcado por el sino del gilipollas. Su nombre también es un poco gilipollas: Hattpireus. Pero qué le vamos a hacer. Hay niños que se llaman Cucufate, Abundancio, Canuto o Adelfo; y niñas que también tienen el valor de llamarse Ondina, Adelgunda, Guendalina o Hunifreda y no corrieron desesperadamente hacia el registro civil para cambiarse ipso facto el nombre al cumplir la mayoría de edad. Hattpireus fue tan gilipollas como estas posiblemente bellas doncellas que acabo de citar y no se cambió tampoco el nombre.

Que Hattpireus no tiene significado es un hecho, pero sí tiene un origen, nebuloso, eso sí, pero que ahí está. El padre del gilipollas de Hattpireus, aparte de ser inglés y analfabeto, era sombrerero, una profesión en evidente decadencia comercial desde hace unos 70 años, pero ahí está el señor Luthor (primo segundo de aquél otro Lex Luthor) aguantando el tirón. Fue él mismo quien diseñó el rótulo de la fachada de su establecimiento: "Luthor's Hatt" (Nota informativa, sombrero en inglés se escribe "hat", recordemos el analfabetismo galopante del progenitor del gilipollas de nuestro héroe). El señor Luthor, misteriosamente, estaba forrado. Bueno, no tanto si tenemos en cuenta que se mudó a España, a zonas eminentemente romeras y que ahí hizo el agosto. El señor de los sombreros, como se le conocía en la zona - bueno, así, así- er zeñó de loh zombreroh. Pues eso, que Luthor fue a parar a una agencia de viajes, no se sabe cómo pues su intención era colarse en una tasca y beber mostorro del bueno para olvidarse de que no sabía español y que se encontraba muy sólo o, como diría un fino, libaba el dulce licor de las uvas para encerrarse en una torre de marfil y esquivar el amargo abrazo de la soledad. En esas andaba, cuando se vio frente a la dependienta, un ejemplar de la ganadería del Marqués del Bosque de Ferreira asilvestrada, que lo convenció para que la llevara con él al viaje que le pudo sacar: Atenas. Allá en Atenas se encuentra el puerto del Pireo, o "Piraeus". Y allí, bajo la delicada luz de la farola de al lado de la discoteca, Luthor y la que sería su esposa engendraron al gilipollas de Hattpireus. Y de los sombreros del padre, que le dieron fortuna, y del lugar donde fue concebido, teniendo en cuenta que ninguno de los dos padres sabía leer el alfabeto griego y, concretamente, el padre no podría haber leído ni el Micho I y II (de mayor complejidad estructural y argumental), de ahí viene el nombre de Hattpireus.

No hay que ser muy listo ni saber mucho de casi nada para darse cuenta de que la infancia de Hattpireus iba a ser muy feliz, inmensamente feliz. ¿Qué? ¿Creen que iba a ser infeliz? He dicho que no hay que saber mucho de casi nada para darse cuenta, ¿o son ustedes más tontos que Forrest Gump (autor de esa frase)? Iba a ser feliz, entre otras cosas, porque el padre estaba forradísimo y sobornaba a sus amigos para que no lo trataran como el gilipollas que era (y es, y es).

Pues bien, Hattpireus está ahora delante de mí. Sí, el gilipollas de Hattpireus. Hattpireus Luthor Furterino.

9 mar 2006

Lepe Iniciativas... la previa

A ver... como estuve en la macroreunión del teatro el mes pasado, no recuerdo bien, y tomando notas (no como la inmensa mayoría de los asistentes que parecía que sólo iban a ver una obra de teatro más, que en realidad fue, porque cuando acabaron los de la mesa, empezó la peña a contar sus penurias personales a grito pelao, que digo yo que está mu mal la cosa, pero tampoco es pa ir por ahí pregonando las miserias particulares de cada uno, por cierto y como último inciso, en cosas así podemos ver que Lepe no va tan bien como creemos: ya charlaremos sobre el tema distendidamente).

El resultado de las notas y cómo se accede a las viviendas:

Optaban a ellas 1.000 personas, pero después de una primera criba, han quedado 500, a cada uno de los cuales se les dará un numerito para el sorteo del niño... El sorteo se realizará ante notario y un representante de la Junta, supongo que en el teatro, e irán sacando bolitas o lo que sea. Conforme vayan tocando, el personal puede ir eligiendo la ubicación de su vivienda. Se sacarán unos 70 números por si hay renuncias (las habrá) para que corra el turno. Esto será a mediados o a finales de abril.

Peeeero....

Aquí empieza el baile.
Hay 18 viviendas de 3 dormitorios, cuyo valor es de 97.000 euros; 70 metros cuadrados + trastero y garaje (33 metros cuadrados).

Hay otras 18 de 2 dormitorios, cuyo valor es de 86.000 euros; 60 metros cuadrados + trastero y garaje (igual que antes).

Una vez que te toca el piso, a los 2 ó 3 días hay que firmar el contrato y en ese mismo instante y sin demora, hay que abonar el 5% del valor de la vivienda (que cada uno haga el 5% de las cantidades arriba indicadas).

¿Vale? Continuamos para bingo.

En los aproximadamente 14 meses que va a durar la construcción, antes de escriturar y entregar llaves, hay que pagarle al constructor el 20 % del valor de la vivienda (descontando el 5% anterior), sin demora tampoco. Hay que buscarse las habichuelas para pagar antes, o si no, corre turno.

O sea, que en cosa de poco más de un año hay que soltar unos 26.000 euros por anticipado...

El 80% restante se hipotecará a 25 años como máximo (unos 66.000 euros) a razón de aproximadamente 300 euros al mes, a lo que hay que aplicar las ayudas de la Junta de Andalucía que van en función de la renta de cada uno y unos coeficientes que no me quedaron claros: 5.2 del I.P.R.E.M: ayuda por valor de 10.000 euros; del 2.5 al 3.5 del I.P.R.E.M. te ayudan con 7.000 euros (la Junta de Andalucía, que conste, que aquí el Ayuntamiento hizo pública su intención de ni pinchar ni cortar...);
además, para casos extremos, la Junta ayuda con 10.000 euros de ayuda directa para gastos notariales y todo el rollo (pero si eres un caso extremo, ¿cómo piensas pagar la casa? se preguntarán ustedes... buena pregunta, sí señor, en fin). Además, te subsidian el pago de la hipoteca.

El caso es que también, cada 5 años se revisará la hipoteca y en función de los cambios de renta, habrá cambios en las ayudas y las cuotas y tal.

Todo esto, teniendo como base que han aplicado uno couta fija establecida del valor del metro cuadrado en función de la renta media en Lepe. Esto es, hay un baremo que dice que como la renta media de Lepe es la que es, el precio del metro cuadrado útil en nuestra bendita localidad vale 1.042 euros; 625,68 el metro cuadrado del garaje y trastero.

Que nadie espera primeras calidades en las viviendas tampoco y más o menos así está el patio. Espero que la información os haya sido útil.

7 mar 2006

Alegoría: San Roque-Cartaya... un derbi de furia y pasiones




Se partió la bicicleta

He aquí una pequeña muestra de lo que he encontrado en internet hecho por gente de Lepe. El mini-relato es autoría de los Enlabiadores, columnistas en Lepe Urbana, que ya tienen página propia y son amiguetes de Desde La Pendola. Podéis visitar su página en http://enlabiadores.blogspot.com. Y, por supuesto, seguimos animando a participar en Lepe On Line, y todo el mundo a postear como loco. Espero que os guste.

Iba guiando la bicicleta por aquella calle de baldosas amarillas cuando apareció el "Misto-Lobo". Nunca antes se había visto por aquella calle un "Misto-Lobo" tan grande como aquel.

La madre había salido del supermercado hacía tan sólo diez segundos. Las bolsas de plástico casi no podían soportar aquellos tres quilos de mandarinas verdes, repartidas a granel sobre las latas de atún y los sobres de café instantáneo.

Pepe dejaba el "palaustre" sobre el andamio y se preparaba para desenvolver el papel de aluminio que cubría aquella merecida recompensa. La media mañana pesaba sobre sus espaldas haciéndole recordar que sus vértebras ya no eran lo que fueron.

Se partió la bicicleta.

Los llantos desconsolados del niño chirriaban por cada esquina de la ciudad, erizando el vello a todo ser vivo con capacidad auditiva.

Las bolsas de plástico se rasgaron en diagonal dividiendo en dos partes asimétricas el logotipo del supermercado.

A Pepe se le secó la boca, impidiendo que la cerveza pudiese lubricar aquella garganta seca por el polvo del cemento y el ladrillo.

Todo al mismo tiempo, en el mismo tiempo, en el que el Alcalde se reunía con el colectivo de barrenderos al que el Ayuntamiento le había comprado 15 escobas nuevas. Los periodistas cubrían la importante noticia, a pie de acera, sobre las colillas y las bolsas de gusanitos que iba a recoger el Alcalde con una de las nuevas herramientas de limpieza pública.

Las mandarinas verdes rodaban bajo los pies del niño cuando los vecinos bajaban a toda prisa las escaleras del bloque. La madre lo había presenciado todo. Pepe también lo había visto. El Alcalde barría los bajos del adoquín que perfilaba la acera.

Un espacio, cuatro personas, un mismo momento. Se partió la bicicleta. Nadie lo contó igual. Si se acercaron 400 vecinos alarmados por los llantos del niño, se contaron 825 historias distintas de lo ocurrido. Para la gente del partido contrario al Alcalde, él mismo le había pegado con la escoba al niño por la cabeza porque se metió en medio de su entidad corpórea y el objetivo embellecedor de la cámara del reportero. Para los amigos del Alcalde, el niño se había caído trescientos metros más allá de donde se desarrollaba la importante inauguración de las escobas nuevas; y el Alcalde, que era muy buena persona, le practicó allí mismo los primeros auxilios. Para la madre la culpa la tuvo Pepe, que no limpia lo que ensucia la obra; y ya estaba "jartá", desde hacía tiempo, de que el zaguán de su casa se pareciese más a un campo para la siembra de batatas que a un zaguán. Y para Pepe, sin duda, la irresponsabilidad de la madre había quedado patente al dejar solo a aquel niño con esa bicicleta que le quedaba grande para su edad y estatura.

Yo también estaba allí. Si no hubiese estado allí no les podría estar contando esta historia. No sé lo que pasó. Me había quedado mirando la presencia de aquel gran "Misto-Lobo", que raramente alguna vez se había visto en una calle como aquella.