14 ago 2007

Relieves


Como el resto del conjunto que lo envuelve, nunca fue lugar para la poesía cara o barata. Nunca existieron a su alrededor alamedas, aunque sí que circularon por él hombres verdaderamente libres, esclavos de sus recuerdos, de sus actos, pero libres al cabo. El espejo me devuelve una imagen hecha jirones, con retazos de odio y de desesperanza porque ya lo he abandonado o quizá fue él quien me abandonó a mí en medio del desierto, o del océano, tanto da, junto a otros náufragos agarrados a un trozo de cielo rojo en el atardecer.

Me fui despegando poco a poco
y luego de golpe. Me fueron desazonando las miradas, desgastando las sonrisas de un paseo desde mi casa hasta quién sabe dónde y por qué motivo. Nunca fue, desde luego, lugar para sueños de grandeza porque está satinado por la humildad perdida, vendida al mejor postor. Fueron mil... Dónde se han visto trabajadores, bruñidores del destino propio, sudores fríos, luchas por el pan, la sal y la vida, viajes desde el infinito hasta allí, junto a mi abuelo, junto a mis padres. Quedaron lejos, atrás, en otro tiempo y dejaron de ser. Todo dejó de ser. Nunca fue lugar, no, para ilusiones o sí lo fue pero se perdieron por el camino que nos conduce hasta este punto exacto del universo en el espacio y el tiempo, que a un tiempo es presente y pretérito y, de algún modo, futuro. Todo nos ha llevado hasta aquí, junto a la no existencia, junto a la melancolía de la despedida. Ya no caminamos uno junto al otro, por el momento.

Gilgamesh was sad or angry, don't know

23 abr 2007

Jazzmen



La letanía de fondo no enmascara unos dedos y unos pulmones que afloran en la parte de atrás de la garganta. Unos dedos que se contagian del ritmo acabado, alternando entre tónicas, en tiempos, in crescendo, dejando caer sobre un costado la bajada siguiente, creando un break que apenas roza la sencillez para terminar bajando hacia la sensualidad de un placer consumado, descansando al final de la noche de Túnez.

Y le cantas a tu padre, acompasando el canon del equilibrio, rompiéndolo después, para, de fondo, acompañar de nuevo la simetría hasta dejarla caer y emerger desde muy abajo. Subes la cuesta, muy poco a poco, izquierda y derecha, a ritmo, como un ciclista, como un reloj que da las horas cuando le da la gana porque tu padre lo merece, con todos los dedos, golpeando por momentos el cerebro, dejando paso sin descansar al fondo, mano a mano; de pronto, así lo requiere, subimos los tres, los cuatro, muy rápido pero contenidos, y al tiempo muy fuerte, alternamos, nos complementamos, cerramos los ojos, y bajamos de nuevo la cuesta, descansamos y atacamos de nuevo la simetría, cadenciosa, abriendo un hueco en las fuerzas que no nos habrán de faltar un poco más adelante… aunque paremos.

Y tienes el ritmo, muy lento al principio, falsa apariencia, porque lo es. Apareces y desapareces levemente para salir con fuerza, apartando a los demás, dejando atrás el miedo, olvidando por momentos el caballo blanco desbocado, sosteniendo a duras penas la genialidad, rozando con los dedos el cielo cercano, afirmando, como no queriendo darle importancia, que, de verdad, tienes el ritmo, tú y los demás. Hasta el final quedas tú solo conmigo, sin que te abandonen las pocas fuerzas que te quedan, arriba y abajo, izquierda y derecha, sobre el mismo eje, dibujando las notas a modo de mariposa batiendo alas, imprevisible, llegando a la cima para caer desde lo más alto.

Son mis palabras que intentan traducir sin éxito la buena nueva que fue para mí el pasado reciente. Porque ahora también sois yo, también miro con vuestros ojos, miráis con los míos, Gillespie, Silver, Parker, como ejemplo de la fascinación. No se me enfaden eruditos. Sólo son cosas de un neófito y torpe aficionado que busca de nuevo una nueva esencia.

Gilgamesh wannabe a jazzman

19 abr 2007

El gris

A nadie le va a importar, ya sé, pero tiene su importancia; al menos, para mí la tiene. He decidido cambiar el aspecto del blog, pasar del verde al gris de un plumazo, sin previo aviso, pero con alguna concesión, mínima, a la antigua imagen verde de este pedazo de retazo de trozo de Red que ni siquiera es mío.

Tenía ganas de cambiar, de visualizar, hacer tangible-virtual aquello que quería, que me describe mejor, que responde a la inquietud de una necesidad casi innecesaria, pero necesidad al cabo. Paso del verde al gris del cielo gris. Paso del verde de una extensa pradera de las que ya van quedando pocas, y por estos lares casi ninguna, al gris de la plata vieja que se oxida en un cajón cualquiera.

Y tenía el impulso de hacerlo, la necesidad innecesaria irrefrenable que se apodera de mi mente de manera obsesiva, como aquellas veces, que van siendo las menos, en que las ganas de escribir y de contar una historia me desbordan por ambos flancos, me rebosa el pensamiento de pensamientos y me tira contra una pared en la que, indefectiblemente, me he de estrellar en el tiempo que va, casi un segundo, del éxito de la mente al fracaso de la materia, de aquello que quise escribir con la perfección de un alma en que no creo hecha jirones pero brillante, de aquello que, al final de la calle, del río, en la desembocadura de la muerte de las palabras, fue un quiso y no pudo, luego, no fue sin más.

Son maneras de cambiar, de cambiarte, de reciclarte o empeorarte. Son maneras y no lo son porque son formas, sólo formas, porque el fondo permanece, inmarcesible, alimentándose de lo nuevo que llega, de lo viejo que ha madurado, de lo que fermenta para hacer otra cosa y transformar el mismo fondo que lo acoge y que cambia con esas pequeñas cosas que te matan o te dan vida al mismo tiempo, porque, quieras que no, sobrevives o malvives, pero, prefijos aparte, vives, que no es poco, al igual que amanece todos los días, o el amanecer de hoy que es el primero del primer día del resto de tu vida. Sí: hablo del tiempo gris. Hablo de nubes negras casi grises; de días que son inconstantes y ni parecidos al anterior, por las muchas pequeñas cosas que se abren paso desde la forma hasta el fondo por el conducto de algún recuerdo, por tuberías laberínticas inextricables y sin sentido, pero que llegan y llegan, sabiendo si no el camino, sí el destino final de esa parcela de mente, de alma, de corazón, de espíritu o suerte. Llamémosle gris, como la palabra gris, simple y triste.

Gilgamesh on grease

16 abr 2007

Tenía que ocurrir


Efectivamente,
tenía que ocurrir, era inevitable este parón, esta suspensión de la actividad bloguera... Entre tanto, media una vida, casi, concentrada en tan pocas gotas que cada una pesa una tonelada. Entre tanto, yo conmigo mismo y fuera de mí. Han sido frecuentes, diarias, las vueltas al barrio, donde la vida no ha cambiado a pesar de que la han querido cambiar en el imaginario, pero no. Valga este intermezzo de disculpas conmigo mismo y valga un voto de autoconfianza para continuar contando las cosas como las vivo, ergo, como son, que para eso es mi vida y mi percepción, a pesar de que sea consciente, quizá demasiado, de que hay más, mucho más...
Gilgamesh' back?

6 mar 2007

No hay tontos, no



Hay ganas ya de escribir ese libro, esa pieza documental de la historia de Lepe titulada “No hay tontos en Lepe…”. Entiéndase en tono sarcástico, enfatizando el no, repitiendo la partícula negativa si es preciso, como respondiendo a una pregunta que, en realidad, es una afirmación.

El índice de tontos en Lepe sería enorme y describir los méritos de cada uno de los homenajeados en esta obra sociológica que quizá nunca vea la luz de una lámpara sobre la mesita de noche, en esas estamos, es una tarea muy complicada, por interminable y que está en constante evolución a medida que transcurre el camino vital de cada uno de ellos –o de ellas, que también las hay.

Sin duda hay ganas, hay personal dispuesto a ello y por ello lucharemos: como dijo el sabio y fingido tejano, estamos trabajando en ellouu. Hay tontos de auténtico lujo, especimenes que se rifarían los más eminentes sociólogos –y algún que otro biólogo, no crean-, vive dios que es cierto, y ustedes, muchos de ustedes lo saben.

A medida que desaparecen los genios –descansa, Coll, descansa- proliferan por doquier los tontos, ganando la partida demográfica y social a los gilipollas, que se pasan en bandadas a ese lado de la subfrontera que existe en la frontera entre la normalidad sin complejos, la vida sencilla y compleja, digámoslo así, y esa zona ridícula que estoy apenas esbozando.

No obstante, seguimos buscando: tanto si usted es tonto –y se siente identificado y quiere la gloria eterna del tonto- como si es de los que identifican a un tonto a leguas, escriba su lista y hágala llegar a su alcalde más próximo: él ya sabrá qué hacer con ella. ¿O cómo se creen que algunos rellenan partidos políticos? ¿Y si en uno, otro o el de más p’allá los hay en puestos de los de mandar? No daré más pistas, no vaya a ser que se haga realidad. ¿O es que la vivo? No sé, estoy confundido cual Dinio en Marbella durante la noche de San Juan. En ocasiones, veo muertos.

No sé, pero tenía ganas de escribir.

Gilgamesh on the way

22 feb 2007

La Peña Carnavalera de Lepe informa...



Ante la suspensión de la Jabá con Chocos, la Peña ha emitido el siguiente comunicado, que reproduzco íntegramente como carnvalero que soy.

La Peña Carnavalera de Lepe quiere mostrar públicamente su decepción por la actitud que ha tomado el Ayuntamiento de Lepe ante la fiesta del Carnaval, incumpliendo su palabra de apoyar en todo a la fiesta del carnaval, así como todos los actos que se derivaran de ella.
Por ello, la Peña Carnavalera de Lepe se ha visto obligada a suspender la que iba a ser la I Jabá con Chocos, por diversos motivos. Así que pedimos disculpas a todos los carnavaleros y ciudadanos de Lepe por este contratiempo, que no hemos podido evitar.

En cualquier caso, la falta de apoyo institucional también se dio durante la muestra carnavalesca de Lepe, nuestra gala, en la que tampoco vimos todo el apoyo apalabrado, sin facilitarnos en absoluto las cosas; obligándonos a vender por nuestra propia cuenta las entradas para dicha muestra entre nuestros familiares y amigos ?que, no obstante, abarrotaron el Teatro Municipal- para poder costear el viaje y la actuación de las agrupaciones de fuera de nuestra localidad ?a las que agradecemos su comparecencia y apoyo- con quienes que tampoco tuvieron el detalle de llevarles un mínimo de alimento o bebidas, teniendo en cuenta cómo de bien se nos ha tratado a nosotros cuando hemos salido de Lepe para cantar nuestras coplas.

Por todo ello y mucho más, mostramos nuestra decepción por la actuación municipal en este caso. Además, hemos visto cómo el Ayuntamiento se ha arrogado toda la organización y mérito de los actos, colgándose una medalla que no era suya, al menos en su totalidad, cuando en absoluto ha sido de esta forma, y eso nos defrauda especialmente. El éxito o fracaso del carnaval, lo asumimos nosotros con todas sus consecuencias.

Fdo. Peña Carnavalera de Lepe

20 feb 2007

Se acabó el Manuel Lois



Efectivamente, cuartos milenios y fríkeres jiménez aparte, los rumores se han confirmado y ya ni fantasmas ni el niño de la foto ni la madre que lo parió, nunca mejor dicho, básicamente porque mi madre, la mía, me parió exactamente en lo que las imágenes muestra: un montón de ladrillos, vigas, hormigón y poco más. Ahí, sí, ahí nació el tío. Me enteré hace más bien poco tiempo de que se decía que en el Manuel Lois -el amasijo de piedras que se ve en el video- algún que otro grifota con el chungo subío había visto apariciones y otras historias que fueron centro de atención de la ¿comunidad paracientífica?, esa cosa informe en posesión de verdades trascendentales que nunca, repito, nunca se equivoca y que tacha de fascista, como poco y a las primeras de cambio, a quienes ponen en duda sus muy certeras y metódicas investigaciones.

Vista General del M. Lois antes de...

Se acabó la historia.
Y como símbolo, se fue el Hospital Manuel Lois y se fue una parte de mí, porque, quieras que no, allí vine a dar en este mundo, en esta vida. Allá también estuve convaleciente de niño de una enfermedad que ahora no recuerdo. Lo poco que conservo de aquellos, creo, 4 años míos, es el horrible sabor del agua del grifo y la leve remembranza de una pesadilla delirante, un duerm
evela aterrador que me obligó a pedir a gritos la presencia de mi abuela, que era quien me acompañaba en la habitación del centro hospitalario -no tan hospitalario, quiero decir-, pero que no pudo escuchar porque, en realidad, yo creía que gritaba a pleno pulmón y mi cuerpo sólo exhalaba un hilillo ronco de voz. Y, por último, me recuerdo saliendo de allí, de una amplia escalinata al sol de un mediodía de invierno.

El M. Lois después de... abono de abrazafarolas

Después de eso,
nada, hasta hace bien poco que descubrí toda la historia que rodeaba al Manuel Lois. Después de eso, nada, excepto mi vuelta a casa, a mi barrio. A La Pendola.
Aquí os dejo el video. Aquí os dejo el desmoronamiento y a la vez la evocación de un levísimo recuerdo, que, al fin y al cabo, es el material del que estamos hechos los humanos.
PD. La voz esa no es mía... mira que decir "tiramiento"...



Gilgamesh's nightmare