Las "necesidades" de La Pendola
"Estamos construyendo una capilla acorde con las necesidades del barrio", declaró ayer Jesús Toronjo, a la sazón, portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Lepe, refiriéndose a la construcción de la nueva capilla del Carmen, levantada sobre la antigua, que tampoco era tan antigua. Esta desafortunada intervención tuvo lugar durante una rueda de prensa en la que hacía balance de lo "conseguido" por el PP durante esta legislatura, que por lo visto es mucho-muchísimo, y que lo que no, es culpa de sociatas malvados, con tridentes, rabos y cuernos incluidos. Aunque yo ni simpatice siquiera con el PSOE, sí me resulta chocante que los méritos son populares y los deméritos son todos achacables al SOE, que ni siquiera gobierna. ¿Alguien da más?
Me hace gracia, en primer lugar, que sea precisamente Toronjo el que haga el balance, pues es el político de su partido que menos aparece por Lepe, pues es también el portavoz popular en la Diputación de Huelva, por lo que no está muy al día de lo que se cuece por Lepe y por La Pendola, que es donde, cómo no, por eso hago este post, está el citado templo. Para él, Lepe no deja de ser una ciudad dormitorio de Huelva, pues es allí donde hace vida.
En segundo lugar, me hace más gracia todavía que se arrogue el mérito, si es mérito, de la construcción de la nueva capilla, porque las competencias, como sabéis, y si no lo sabéis os lo digo yo, corresponde a Urbanismo, quien ejecuta las obras, y cuya área está en manos del Partido Andalucista, que gobierna en difícil coalición de conveniencia, lucrativa conveniencia, con el Partido Popular.
Pero lo que me hace gracia de verdad, o me de pena, que para el caso viene a ser lo mismo es que la única cosa que han hecho en La Pendola en estos 3 años ha sido sólo esa, a excepción de la construcción de algunos que otros aparcamientos, siempre tirando para el voraz transporte privado y al autobús urbano que le vayan dando. Una única capilla. Acorde a las necesidades de los vecinos de La Pendola: como si no tuviéramos otros problemas más que tener un lugar donde rezar -los que lo hagan- a la patrona del barrio y de todos los marineros. Y que alguien se oponga siquiera a esa construcción: lógicamente, es muy impopular y lo saben. Por eso rentabilizan al máximo el populismo más barato y grosero que hayan visto mis ojos. Más España, más Pendola cerrada y de sacristía, devota de Gran Hermano y de María, parafraseando al más grande entre los poetas, esto es, Antonio Machado.
No hace falta que se dinamice un poco la economía del barrio, ofreciendo más oportunidades a los trabajadores, que de eso se compone La Pendola básicamente. No hace falta que se abran nuevos espacios para que los niños sigan siendo niños. (Un inciso, nuestro antiguo estadio de Los Naranjos, es hoy una alfombra verde de césped, pero, oh, sorpresa, está completamente vallada por lo que no se puede acceder a ella). No hace falta el acercamiento de algunas áreas municipales al barrio, no hace falta el arreglo de muchas calles, no hace falta luchar por la necesaria reforma del colegio César Barrios, no hace falta conservar el patrimonio etnológico del barrio, no hace falta conservar la estética de La Pendola, no hace falta dotarla de un mejor alumbrado público... No. Lo que le hace falta de verdad a La Pendola es una capilla, eso sí, a la altura de nuestras necesidades, que son muchas.
De pequeño era creyente y le tenía gran afecto a la virgen del Carmen. De mayor ya no creo ni en mí mismo, pero al menos conservo el respeto por las creencias de mis vecinos, y el respeto por ese símbolo protector y positivo -si queremos tomarlo así- que significa esa talla de madera de la virgen. Por eso esta diatriba al viento no va contra ninguna creencia, ningún credo. Vaya una clamorosa pedorreta hacia aquellos creen que somos tontos y sólo nos dan migajas que en realidad no nos hacen falta.
No es la primera cosa que ocurre de este modo, pero sólo quería centrarme en este asunto concreto. Porque de verdad me duele mi barrio. La Pendola.
Me hace gracia, en primer lugar, que sea precisamente Toronjo el que haga el balance, pues es el político de su partido que menos aparece por Lepe, pues es también el portavoz popular en la Diputación de Huelva, por lo que no está muy al día de lo que se cuece por Lepe y por La Pendola, que es donde, cómo no, por eso hago este post, está el citado templo. Para él, Lepe no deja de ser una ciudad dormitorio de Huelva, pues es allí donde hace vida.
En segundo lugar, me hace más gracia todavía que se arrogue el mérito, si es mérito, de la construcción de la nueva capilla, porque las competencias, como sabéis, y si no lo sabéis os lo digo yo, corresponde a Urbanismo, quien ejecuta las obras, y cuya área está en manos del Partido Andalucista, que gobierna en difícil coalición de conveniencia, lucrativa conveniencia, con el Partido Popular.
Pero lo que me hace gracia de verdad, o me de pena, que para el caso viene a ser lo mismo es que la única cosa que han hecho en La Pendola en estos 3 años ha sido sólo esa, a excepción de la construcción de algunos que otros aparcamientos, siempre tirando para el voraz transporte privado y al autobús urbano que le vayan dando. Una única capilla. Acorde a las necesidades de los vecinos de La Pendola: como si no tuviéramos otros problemas más que tener un lugar donde rezar -los que lo hagan- a la patrona del barrio y de todos los marineros. Y que alguien se oponga siquiera a esa construcción: lógicamente, es muy impopular y lo saben. Por eso rentabilizan al máximo el populismo más barato y grosero que hayan visto mis ojos. Más España, más Pendola cerrada y de sacristía, devota de Gran Hermano y de María, parafraseando al más grande entre los poetas, esto es, Antonio Machado.
No hace falta que se dinamice un poco la economía del barrio, ofreciendo más oportunidades a los trabajadores, que de eso se compone La Pendola básicamente. No hace falta que se abran nuevos espacios para que los niños sigan siendo niños. (Un inciso, nuestro antiguo estadio de Los Naranjos, es hoy una alfombra verde de césped, pero, oh, sorpresa, está completamente vallada por lo que no se puede acceder a ella). No hace falta el acercamiento de algunas áreas municipales al barrio, no hace falta el arreglo de muchas calles, no hace falta luchar por la necesaria reforma del colegio César Barrios, no hace falta conservar el patrimonio etnológico del barrio, no hace falta conservar la estética de La Pendola, no hace falta dotarla de un mejor alumbrado público... No. Lo que le hace falta de verdad a La Pendola es una capilla, eso sí, a la altura de nuestras necesidades, que son muchas.
De pequeño era creyente y le tenía gran afecto a la virgen del Carmen. De mayor ya no creo ni en mí mismo, pero al menos conservo el respeto por las creencias de mis vecinos, y el respeto por ese símbolo protector y positivo -si queremos tomarlo así- que significa esa talla de madera de la virgen. Por eso esta diatriba al viento no va contra ninguna creencia, ningún credo. Vaya una clamorosa pedorreta hacia aquellos creen que somos tontos y sólo nos dan migajas que en realidad no nos hacen falta.
No es la primera cosa que ocurre de este modo, pero sólo quería centrarme en este asunto concreto. Porque de verdad me duele mi barrio. La Pendola.
(Como esta cosa se sale de lo habitual,
no pongo ni florituras ni nada. Tal cual)
no pongo ni florituras ni nada. Tal cual)
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